La impermeabilidad se logra en las telas mediante el uso de una membrana en el interior que evita que el agua penetre. Existen de distintos componentes y diferentes rangos de impermeabilidad. La impermeabilidad no es lo mismo que la repelencia al agua. De hecho, muchas telas impermeables pueden y se mojan por fuera, pero no dejan pasar el agua al interior.
La impermeabilidad de las telas se ve severamente comprometida en cada puntada que se realiza para poder confeccionar una prenda. Estas perforaciones donde va el hilo se transforman en hoyos que dejan pasar el agua al interior. Para evitar esto, por sobre las costuras, se utiliza una cinta de un material termo sensible, el cual se adhiere a la membrana impermeabilizante sobre la costura, impidiendo así el paso del agua.
Para que una tela genere una protección efectiva contra el viento, debe tener una membrana que impida que el viento penetre la estructura del tejido de la tela, lo que podrías generar una baja en la temperatura corporal. Esta membrana puede ser adherida a gabardinas o tejidos, transformándolos en una prenda que es efectiva contra el viento.
La membrana impermeabilizante que impide que el agua penetre al interior, es capaz de permitir que la humedad generada por el cuerpo sea evacuada hacia el exterior de la prenda. Existen distintos niveles de respirabilidad y se debe procurar que mientras más alta sea la actividad física en el trabajo, mayor sea la respirabilidad de la ropa.
La repelencia hace referencia a que el agua no penetra la fibra exterior de la tela, escurriendo sobre ella. Esto se puede lograr con un tratamiento durante el proceso de fabricación de la tela. La duración de este tratamiento varía según las condiciones de lavado a las que sea sometida la prenda.
En el vestuario se utiliza el aire como elemento aislante. Es el propio cuerpo el que genera la temperatura que nos mantiene cómodos y la aislación del vestuario la que permite mantener ese calor corporal. Es así como, mediante la utilización de rellenos térmicos, con una estructura que retiene su forma, se atrapa una capa de aire que mantiene el calor corporal. Estos rellenos tienes distintas características térmicas dependiendo de su espesor y estructura. Mientras mayor sea la capacidad de almacenar aire, mayor es la aislación térmica.
En términos generales, cualquier elemento que exista entre los rayos solares y nuestra piel tiene algún grado de protección UV. En este sentido, la ropa es una de las formas más económicas y simples de protegerse contra el sol. Todos los tejidos tienen algún grado de protección solar. El grado de protección depende de la densidad del tejido, espesor del mismo, su color y el desgaste. Mientras más abierta es la trama, menor es la protección solar. Así mismo, mientras más gruesa y más oscura es la tela, es mayor la protección. La determinación del grado de protección necesaria depende de la exposición solar a la que esté sometido el trabajador (latitud, hora del día y tiempo de permanencia al sol).
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